El Arbol de la Descendencia. Clínica de los cuerpos familiares
de Vittorio Cigoli (Ediorial Herder, Colección de Salud Mental)

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Es para nosotros un verdadero placer presentar este nuevo libro de Vittorio Cigoli, publicado en la Colección Salud Mental de la Editorial Herder, colección dirigida por la Fundació Vidal i Barraquer de Barcelona.

Intentaremos presentar la obra desde una perspectiva objetiva aunque esto es siempre difícil cuando se trata de comentar una obra de un amigo y maestro como es Vittorio. En efecto, Vittorio Cigoli es profesor de la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán y Director de la Alta Scuola de Psicología «Agostino Gemelli» (ASAG) donde dirige el Master de Mediación Familiar y Comunitaria y el Master de Clinica de las Relaciones de Pareja, entre otros. Es sin duda desde esta Escuela Superior donde Vittorio ha desarrollado su capacidad asistencial e investigadora. Junto con Eugenia Scabini ha fundado el Centro Ateneo de Studi e Ricerche sulla Famiglia y también con la profesora Scabini ha descrito el modelo relacional simbólico, sin duda un paso decisivo en la comprensión de las dinámicas familiares.

Vittorio Cigoli hizo la formación en psicoanálisis analizándose con Tommaso Senise (autor de interesantes trabajos sobre los adolescentes y su tratamiento psicoanalítico como la psicoterapia breve de individuación). Además, Vittorio siempre ha reconocido la influencia en su pensamiento de psicoanalistas como Gianpaolo Lai, Paul Claude Racamier, o Annamaria Pandolfi. Su inquietud por aprender le llevó a ampliar su formación en el ámbito de la psicoterapia familiar, sexología clínica y expresión corporal. En el campo sistémico-relacional sus maestros fueron Nathan Ackerman e Ivan Boszormeni-Nagy. Así mismo Vittorio se ha sentido muy cercano a autores como Eugenia Scabini, Corrado Pontalti, Simona Taccani, Maurizio Andolfi y Giulio Cesare Zavattini. Vittorio Cigoli imparte cursos y seminarios por universidades de todo el mundo, siendo invitado regularmente por la Universidad de Sevilla y la Universidad Ramon Llull, de la que es “Profesor Extraordinario”. Así mismo es autor de numerosos artículos y libros científicos.

La obra que comentamos El Arbol de la Descendencia. Clínica de los cuerpos familiares, es una versión revisada y ampliada del original en italiano. Siguiendo los propios fundamentos teóricos de la obra, la experiencia, la historia, el esfuerzo, el cuidado y la responsabilidad del profesor Cigoli y de su equipo de la Universidad Católica de Milán han dado sus frutos, la vida plena de muchos años de dedicación a la atención de las familias. El árbol de la descendencia nos obliga a reconocer el mérito de nuestros antepasados, aceptar las donaciones realizadas y disfrutar de los logros conseguidos.

Sin duda estamos ante una obra compleja, y esto quiere decir con múltiples perspectivas enriquecedoras, plena de significados y que necesita ser explorada con mimo y verdadero interés científico. Aparecen aportaciones científicas con sus requerimientos metodológicos más estrictos con múltiples visiones artísticas, en el sentido de interpretación de las difíciles y ricas relaciones familiares. Las ciencias humanas están muy necesitadas de recuperar la verdadera riqueza distintiva de su especialidad. El valor del arte, la ética y la hermenéutica. Una ciencia de lo meramente observable que no puede captar la complejidad de las relaciones entre las generaciones llega a ser una ciencia vacía de contenido. Esta obra trata de dar sentido a la historia de las relaciones familiares aunando la observación con el análisis de gran cantidad de documentos sensibles a las relaciones del grupo familiar. El cuerpo familiar sustentado en la metáfora de un árbol reúne las aportaciones de una de las más importantes tradiciones en la terapia familiar. Los enfoques transgeneracionales, trigeneracionales y todos aquellos que utilizan a la familia de origen para favorecer el cambio de los problemas personales y familiares, están detrás de esta obra.

El cuerpo familiar como conjunto de relaciones interiores y de relaciones generacionales que operan en una cultura en un determinado tiempo histórico en palabras del autor, requiere una visión amplia y compleja de las relaciones familiares que no simplifique la riqueza de los pasajes vinculares. El compromiso de los terapeutas con la persona y su propia historia familiar supone un cambio en la posición del profesional o quizás la recuperación de la que hace ya muchos años se proponía desde los propios orígenes de la terapia familiar.

En esta obra los profesionales encontraran como aumenta la humildad de nuestra posición terapéutica a medida que se amplían los conocimientos sobre las tramas familiares y sus historias. El respeto por las personas no es solamente un elemento clave de toda psicoterapia, sino que es el camino fundamental para encontrar los recursos de los pacientes. Hoy, y con esta obra en la mano, podemos ver claramente que las aportaciones de muchos modelos de psicoterapia, y también de muchas de las orientaciones de la propia terapia familiar, han conseguido hablar de los fenómenos más importantes para crear una relación vincular significativa con las familias sin necesidad de tener miedo a perder el rigor científico. El papel como observadores participantes que tanto reclaman los modelos más recientes, se ve muy bien plasmado en esta obra que traza una línea continua y envolvente entre las experiencias de las familias y las propias de los terapeutas. El ir y venir hacia los sistemas familiares de origen requiere estar abierto a la experiencia y supone afrontar el dolor de las pérdidas, así como recuperar lo mejor de cada núcleo.

El retrato de familia que expone el autor a través de la pintura en uno de los capítulos más apasionantes de esta obra, es un regalo para los sentidos al mismo tiempo que nos retrotrae a las mejores líneas del pensamiento psicológico que desde sus inicios se sustentó de manera notoria en las bellas artes. A nadie escapa que muchas de las aportaciones de la psicología han sido extraídas de la literatura y de otras artes. El profesor Cigoli muestra en su recorrido por la pintura de familia cómo el arte es una expresión riquísima y fina sobre las relaciones humanas en el núcleo familiar. No somos pocos los que reclamamos para la formación de nuestros estudiantes unos programas curriculares que recuperen las tradiciones filosóficas y artísticas, tan carentes en carreras que se han focalizado casi obsesivamente en un concepto de ciencia meramente observable y medible olvidando los lados más artísticos de las relaciones humanas. La formación humanística de nuestros estudiantes ha ido a menos con la idea de que las ciencias neuropsicológicas deben primar en la formación de los futuros profesionales de la psicología. Sin restar un ápice a la importancia de estas materias si creemos que los estudios de arte, la filosofía, la música y la literatura, son una mina de oro para la propia investigación empírica más estrictamente entendida. Esperamos que las aportaciones de esta obra en este sentido sirvan para hacernos reflexionar sobre cómo enriquecer la vida de los propios profesionales en muchas ocasiones excesivamente centrados en su disciplina de forma un tanto ciega.

Es mérito del autor y de su equipo mostrar sin complejos que la psicología como ciencia puede retomar las aportaciones del arte y de la historia sin restar un ápice a sus contribuciones sino más bien enriqueciéndolas. Como dicen los propios autores, “la posición del terapeuta en el encuentro clínico con la familia no es central. De hecho en el centro está la relación familiar, es decir el intercambio generacional y el interpersonal. El terapeuta se dedica a la dirección artística y a estimular a cada miembro familiar para que reflexione sobre la historia generacional y a hacer algo por el vínculo”.

La obra que se presenta está dividida en tres grandes bloques que facilitan la comprensión de los fundamentos de la psicoterapia relacional-simbólica. En la primera parte se presentan los fundamentos del enfoque y de la propuesta de los “cuerpos familiares”. La clínica de los cuerpos familiares trata de unir las aportaciones de varios modelos tradicionales de terapia familiar, pero conservando un enfoque dinámico y sistémico muy importante. El especial hincapié en el estudio de los vínculos a través de la historia de la familia será un foco de especial interés en esta obra. A través de la pintura y como se representa a la familia y la pareja a través de los siglos, el autor muestra esta idea principal del cuerpo familiar y sus perspectivas ética y relacionales. De manera magistral el autor muestra como los diferentes siglos en la pintura muestran un tipo de relación de pareja y de familia que contiene tintes diversos y muy enriquecedores. La labor de interpretación se puede desarrollar por los especiales conocimientos de los autores de las pinturas, la época y también por los conocimientos psicológicos y más específicos de la psicología familiar que tiene el profesor Cigoli.

Como siempre se ha dicho desde la psicología dinámica, la interpretación necesita conocer en profundidad la vida de los personajes que están en la escena y esto requiere una inmensa labor exploratoria que no siempre ha sido bien reconocida en muchos modelos de psicoterapia. La mirada de la complejidad no supone mostrar la visión de la realidad como única, sino enriquecer las visiones constantemente con nuevos datos y esto es lo que hace el autor al mirar las obras de arte que representan la vida familiar y sus pasajes. En esta primera parte será muy importante el capítulo donde el autor desarrolla el concepto de la Ética Familiar. Siguiendo la tradición de grandes autores de la terapia familiar profundiza en la presentación y recuperación de los temas éticos para el trabajo con familias. La ética de la reflexividad, la reflexión sobre el dolor y las fuentes de angustia, y la ética de la relación, que se nutre de la responsabilidad hacia el otro y hacia la vida, incluida las generaciones futuras, son propuestas que realiza el autor. El valor del vínculo y la expansión de los mismos será un objetivo principal de esta ética familiar. En una época de grandes crisis de valores y en la que se está hablando mucho acerca de la falta de ética para la acción y la relación, entendemos que la propuesta del autor en esta obra es de absoluta relevancia. Los valores en el núcleo familiar son un foco de atención desde las perspectivas de la orientación, mediación y terapia familiar. Las injusticias generacionales, tanto por la explotación del vínculo a través de los abusos, sentimientos de culpabilidad y de vergüenza, así como del abuso de la lealtad al vínculo y el abuso del proceso de delegación, y la separación y escisión del otro, son temas recurrentes en la clínica de los cuerpos familiares.

En los capítulos cuarto y quinto de la primera parte de la obra, se muestra claramente las estrechas relaciones entre la matriz familiar y el desarrollo de la personalidad. El árbol de la descendencia reclama para la psicología clínica familiar el papel de la antropología y la historia para evitar que la psicología quede atrapada en estereotipos típicos del tiempo presente sin poder ayudar en los pasajes generacionales promoviendo confianza, esperanza y justicia. Se muestra como desde hace dos generaciones, según el autor, el valor sacro del intercambio generacional ha perdido relevancia. La centralidad excesiva de la pareja, tanto conyugal como de hecho, ha restado fuerza al patrimonio generacional. Con las metáforas de la vid y del manzano seco, el autor quiere mostrar la ironía del destino que hace que las presencias ancestrales de las personas se categoricen por la psicología como presencias ajenas y peligrosas hoy en día, cuando en la cultura antigua constituían el signo de la presencia de lo sagrado en el intercambio entre generaciones. Desde hace dos generaciones el valor sacro del intercambio generacional ha perdido relevancia y se ha depositado en el subsuelo del cuerpo familiar. Se ha difundido otra centralidad mítica, la relativa a la relación de pareja, conyugal o de hecho. La presentación de dos interesantes casos clínicos muestra la pertinencia de ampliar la mirada a las generaciones para salir de una perspectiva excesivamente centrada en el individuo.

En el último capítulo de esta primera parte Vittorio Cigoli revisa los presupuestos de la psicopatología y extiende su foco hacia los trastornos de las relaciones familiares. Es notorio como las teorías de la personalidad se basan sobre todo en la individuación de “rasgos” y “factores” escindidos de los contextos relacionales, nos remarca el autor. Recupera una importante tradición de la terapia familiar que se ha ocupado de entrelazar los desarrollos sobre la personalidad y la psicopatología en los contextos relacionales. La atención de los autores se ha enfocado en el ámbito de la investigación clínica que de manera específica quiere entender las conexiones plausibles de la relación entre matriz familiar y trastorno de la personalidad. Por ello ha sido necesario definir qué entienden por personalidad y cómo entienden las relaciones familiares. Las dos palabras claves que han surgido de su investigación son “filosofía de vida” y “relaciones generacionales”. Tomando como central las aportaciones de Luciano Abate y llegando a las reflexiones que en sus últimos años realizó Mara Selvini Palazolli y otros autores como Luigi Cancrini o Luigi Baldascini, ofrece una visión amplia y rica sobre como integrar los conocimientos de las teorías de la personalidad, los estudios sobre psicopatología y los enfoques relacionales. Entendemos que este capítulo se convertirá en un referente para muchos expertos del área de clínica y estudios sobre personalidad.

En la segunda parte de la obra: “La clínica de los cuerpos familiares en acción”, a través de seis capítulos, Cigoli muestra cómo los fundamentos teóricos de la psicoterapia relacional simbólica tiene aplicaciones en ámbitos diversos. Trae temas como el divorcio y sus efectos generacionales, la reconstitución de las familias, la familia adoptiva, la enfermedad y la vida familiar, las familias emigrantes y por último, presenta un ejemplo de aplicación clínica a través de la vida de Vicent Van Gogh. Esta parte central del libro constituye un verdadero caleidoscopio de las perspectivas que se van ampliando al utilizar la herramienta de la psicoterapia relacional simbólica. Los temas seleccionados son de tal relevancia y actualidad clínica que el lector se verá inmerso en el texto y sin percatarse de ello sentirá como amplia sus recursos para el trabajo con las familias. La rica experiencia del profesor Cigoli en el campo de la intervención en procesos de divorcio se ve muy bien reflejada en la organización y exposición detallada de este capítulo. Impresiona de manera muy clara la sensibilidad y cuidado de todos los implicados en los procesos de divorcio y de manera especial la integración de varias generaciones en un tema que a veces es tratado con cierta simplicidad. El lenguaje cercano, afectivo y sentido, muestra una gran capacidad para afrontar el dolor de los procesos de separación y al mismo tiempo abre las vías para el desarrollo de la esperanza. La reconstitución de las familias exige según Cigoli considerar a las familias recompuestas como “una forma histórica de familia”, más que una “nueva forma de familia” desde el punto de vista de la evolución. Y al mismo tiempo quiere destacar la importancia que se le asigna desde este modelo a las “fantasías” que circulan en la relación, es decir, el valor asignado a las modalidades inconscientes de intercambio interpersonal y generacional.

De la misma manera, en el tema de la adopción, que tantos nuevos retos está trayendo al campo de la psicología y las ciencias humanas, los autores muestran una especial sensibilidad y recogen aportaciones que se convertirán en líneas guías para los profesionales. Analizando la cultura, la tradición y la fantasmática de los procesos de adopción, Cigoli presenta varias viñetas clínicas que muestran de manera magistral los componentes transgeneracionales.

En el capítulo 9, se reflexiona sobre el papel de las enfermedades de los mayores en el núcleo familiar. La inversión de papeles que requiere el cuidado de los mayores es uno de los focos más interesantes para valorar la donación y lealtad en los sistemas familiares. El peligro que acecha a las familias cuando una persona mayor enferma no está según Cigoli en el acontecimiento de la enfermedad y la muerte de la persona mayor, sino más bien en el hecho de que el pasado puede pesar mucho por la carga de problemas irresueltos, o a veces porque el presente-futuro solo es angustioso o incluso no se puede representar. A través de varios casos clínicos el autor amplía el foco para facilitar la comprensión de los procesos relacionales que se dan en estas situaciones de cuidado de los mayores.

En el capítulo 10, se analiza el fenómeno de la emigración y se conduce al lector hacia sus significados simbólicos. Las parejas de padres seleccionadas para la investigación representaban para los autores de esta obra un puente entre las generaciones y entre las culturas. La “tríada migrante”: la tierra madre, el dinero y el encuentro con el extraño, como símbolos del intercambio serán focos que se estudiarán para facilitar la integración cultural.

En el último capítulo de esta segunda parte, se elige la vida y familia de Vicent Van Gogh para mostrar clínicamente cómo el contexto relacional y simbólico de este famoso pintor fraguó su propia personalidad y obra. Para Cigoli el construir y tener una familia era el punto de obsesión de Van Gogh durante toda su vida. Era “el huérfano adulto”, él es “el sin familia”. Como afirma Cigoli es muy llamativo que la crítica haya dejado de lado este tema y se haya centrado mucho más en sus rasgos psicopatológicos. En este capítulo se presenta un análisis muy completo sobre la vida personal y familiar de Van Gogh que muestra otros muchos lados trágicos y cómicos de este personaje y su época.

La tercera parte de la obra, “¿Cómo encontrar los cuerpos familiares? Instrumentos y técnicas”, no forma parte del texto original italiano. En colaboración con investigadores del Centro Ateneo de Studi e Ricerche sulla Famiglia y de la ASAG, como Giancarlo Tamanza, Marialuisa Gennari y Sara Molgora, presenta varios instrumentos de valoración de las relaciones familiares desarrollados durante estos últimos años. Todos ellos representan un estilo característico para evaluar a las familias. Un estilo que supone ofrecer a los clientes un contexto de seguridad y confianza muy elevado. Al mismo tiempo con una gran apertura a la experiencia porque las pruebas tienen aspectos proyectivos y se presentan de una forma muy abierta.

Los capítulos de esta tercera parte suponen un reto muy importante para la investigación de las relaciones familiares. La falta de instrumentos de evaluación siempre ha supuesto un hándicap para la investigación en terapia familiar. En muchas ocasiones los profesionales de este campo hemos descalificado las pruebas más proyectivas y cualitativas. Esta parte de la obra muestra perfectamente cómo investigar con estos instrumentos sin que reste rigor a la tarea. Es más, se puede comprobar cómo es importante adaptar la metodología al objeto de estudio. La pertinencia y validez de contexto de estas pruebas irá ganando terreno en el campo de la medida de las relaciones familiares. La existencia de un buen corpus teórico, unos fundamentos sólidos del modelo, unido al desarrollo de instrumentos de evaluación son la mejor garantía de la utilidad del modelo relacional-simbólico que continúa aportando importantes perspectivas al crecimiento de la terapia familiar hoy día. La implicación de un buen grupo de colaboradores e investigadores en esta parte de la obra es el mejor signo de que las propuestas iniciales van dando sus frutos.

Este libro, fruto de la larga experiencia del autor, donde clínica e investigación se interrelaciona y se nutre, es sin duda una obra indispensable para todo psicoterapeuta que quiera ampliar su formación en el ámbito de la intervención familiar.

 

Miguel Garrido
Doctor en Psicologia, Psicólogo clínico y terapeuta familiar. Profesor Titular de la Universidad de Sevilla. Presidente de la Asociación Española para la Investigación y Desarrollo de la Terapia Familiar (AEI+DTF).
maikel@us.es

Carles Pérez Testor
Doctor en Medicina, Psiquiatra y terapeuta familiar. Profesor Titular de la Universidad Ramon Llull. Director del Instituto Universitario de Salud Mental de la Fundació Vidal i Barraquer. Presidente de la Red Europea de Institutos de la Familia (REDIF).
carlespt@fvb.es