Uno de nosotros (Josep Beà) supo de Jordi Font por primera vez durante sus estudios de medicina en la Facultad de Barcelona: se hablaba de que uno de los compañeros de promoción tenía previsto acabar esos estudios y marchar a Alemania para ser jesuita. Años después, ya en los sesenta, en una reunión médica en la Costa Brava tuvo un encuentro personal con él, iniciándose una amistad que perdura.

Estos diferentes aspectos, vocación médica asistencial, vocación religiosa y amistad mantenida en el tiempo, son algunas de las señas de identidad de Jordi Font. También su interés por la psicología, la psicopatología y el psicoanálisis.

Con formación oftalmológica, como su padre, e interesado a la vez por el mundo interno, podríamos decir que, de algún modo, se ha ocupado de un órgano de la visión que atiende tanto al mundo externo como al mundo interior. Pero una visión que se aleja del dualismo imperante y que se ha ido adentrando en lo unitario, sea al ocuparse del mundo cósmico como del ser humano, siguiendo la estela de su admirado Teillhard de Chardin, también hombre científico y religioso.

Su amplia concepción de la vida le lleva a estimar a todos sin crear diferencias de ningún tipo. Esta apertura se complementa con el espíritu cristiano de «amaros los unos a los otros», que permite aceptar las diversidades personales y las de  grupo de pertenencia.

Así, Jordi Font es un hombre abierto, no dogmático, con capacidad de sintonía, de contacto social, de amistad y de vida en común. De encuentro y reunión.

Su trato personal es afable, sencillo a la vez, humilde y con capacidad de tratar con todos. También, dispuesto a tratar consigo mismo, interesado en saber de sí, a través del psicoanálisis e interesado en el psicoanálisis como medio para ayudar. Su honestidad le ha llevado a no autotitularse   psicoanalista, si bien su ejercicio psicoterapéutico es tan amplio y profundo como su formación humana, religiosa y psicoanalítica.

Su gran simpatía y sentido del humor le permiten sintonizar con los demás, ser asequible a todos.

Su evolución y madurez le han llevado a una gran apertura y tolerancia con las diferencias, las maneras distintas de hacer y concebir la vida.

La fe que Jordi Font tiene en el amor y también la fe que tiene en el otro las transmite en su relación, haciendo que esta relación sea de ayuda y promueva en los demás el sentimiento y la experiencia de ser apoyado. Transmite este sentimiento de fe y amor que estimula en los demás el creer en algo, ya sea Dios (teológicamente), la espiritualidad o los valores humanos. Jordi Font tiene capacidad de transmitir y generar en los demás confianza y fe en las propias capacidades y valores.

Jordi Font es un excelente psicopatólogo y psiquiatra. Entre sus amplios intereses podemos destacar el de la histeria y sus manifestaciones clínicas; los conflictos de pareja y comunitarios. También ha sido creador de la escenoterapia y se ha dedicado a la atención de los adolescentes, que le aprecian por su capacidad de contacto, y a las familias. Se ha ocupado del discernimiento  de las dudas religiosas, ejerciendo la función de reconocer lo adecuado o no de la creencia religiosa. En consecuencia, se ha dedicado también a la ayuda de los religiosos, tanto en la vertiente de las dudas de vocación como a las personas religiosas con problemas psicológicos. La evolución de todo ello le ha llevado a promover encuentros (grupos de reflexión, cursos, seminarios, etc.) en torno a la espiritualidad y la religión.

Interesado en el estudio de la mística, tiene Jordi Font capacidad de relación con lo absoluto sin pasar por las instituciones humanas, libre de lo institucional, con posibilidad de una relación más directa con Dios. Una experiencia no necesariamente religiosa de contacto con lo trascendente. Un insight que aproxima la experiencia mística y religiosa y la psicoanalítica.

Su interés por todo favorece que se creen grupos. Suele iniciarlo todo en un ámbito de relación para ampliarlo luego a áreas asistenciales.

Su amor universal favorece la relación y el encuentro pero no el proselitismo. Los colaboradores en las diversas tareas promovidas se sienten estimulados y respetados por lo que son, no porque participen en lo suyo.

Jordi Font ha sido capaz de compaginar la vida en comunidad con la familia. Siempre ha cuidado y atendido a su familia. Y ésta le ha cuidado. Y lo mismo con los amigos. La unión familiar ha sido y es en él un núcleo importante conservado.

Ahí donde ha participado ha creado también a su alrededor un ambiente familiar, de confianza, de amor, un sentimiento de familia extendido a toda su vida y a su mundo, como en la fundación, organización y actividad clínica, docente e investigadora que ha mantenido entusiasta y eficazmente durante muchos años en la Fundación Vidal i Barraquer.

 

Josep Beà i Montagut y Víctor Hernández Espinosa son miembros titulares de la Sociedad Española de Psicoanálisis.

 

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